Las reglas del juego Frena, me dijiste. Y yo frené. Me bajo, dijiste. Y te bajaste. Te bajaste del coche, delante de tres cactus que parecían tres señoras de pueblo que llevaban toda la vida esperando a que nos paráramos frente a ellas. No sabía qué tenía que hacer, así que apagué el motor. […]
Página anterior Siguiente página